La globalización y la complejidad en el mundo de los negocios, hace cada vez más necesaria una adecuada planeación estratégica, orientada a diferenciarse con los clientes en particular y en el mercado en general. Las organizaciones hoy en día dedican una gran parte del tiempo en desarrollar reuniones estratégicas y medir el avance de su implementación casi a diario. En mucho sentido tienen razón, sin embargo, no basta con el saber diseñar una estrategia para determinada empresa, sino la manera en que ésta ejecuta para asegurar sus resultados a partir de las condiciones propias del entorno. Recuerde siempre, que entre la planeación y resultados, está la ejecución y usted es el responsable de encargarse de que ésta sea realmente magistral si lo que usted pretende es realmente hacer la diferencia contra sus competidores.

En mi experiencia como consultor y asesor de empresas y hombres de negocios, puedo afirmar que en la generalidad de los casos, los empresarios están altamente orientados a desarrollar predicciones en el corto plazo,  y que incluso, intuyen el camino del “QUÉ HACER” para  cumplir con sus presupuestos y planes de negocio. Sin embargo, el traducir éstas estrategias e influir en su personal para que las hagan suyas, no ha sido una tarea fácil, ya que esto es una cuestión de LIDERAZGO PERSONAL que se refleja en los estándares de ejecución en el mercado y con sus clientes.

Por otra parte, es necesario dejar de pensar, que el traducir una estrategia es meramente cuestión de comunicación. ¡La gente espera mucho más que eso!. El personal espera de usted, mayor compromiso, espera de usted que transite junto a ellos por el camino sinuoso de la implementación, sentirse acompañado en los momentos difíciles de la transición, ahí donde requiere de su apoyo, de su motivación y reconocimiento así como de su recompensa.

He visto muchas empresas, que dedican más de la cuarta parte de su tiempo al diseño continuo de estrategias, entrampándose en un circulo vicioso que no les permite más que tomar medidas y acciones contingentes o correctivas. Desde la década de los 80´s, encontramos frases que definían la Calidad como “HACER LAS COSAS BIEN A LA PRIMERA VEZ” sin embargo, después de 20 años, continuamos viendo al interior de la industria, grandes pérdidas por desperdicio, procesos mal implantados, bajo nivel de supervisión y aseguramiento y sobre todo de manera paradójica y hasta cierto punto ridícula el nacimiento de un área que es denominada pomposamente “DEPARTAMENTO DE REFURBISH O RETRABAJO”, en cuyo caso no es otra cosa que volver a dedicar tiempo en reparar los desperdicios que se generan en el tiempo normal.

Usted debe darse cuenta, que hoy día la única manera de diferenciarse es cambiando hacia adentro lo suficiente para ejecutar con precisión y maestría lo que ha plasmado en su estrategia de negocios. No podrá obtener resultados distintos, mientras siga ejecutando de la misma forma, pues el mercado, los hábitos y motivos de compra, realmente se han transformado y así la manifestación clara de la exigencia y del poder del cliente es a todas luces notoria.

De hoy en más, usted debe ir más allá del servicio, se le exigirá además de la calidad de producto, conectar con la visión de sus clientes, se le demandarán una mejora sustancial en los tiempos de entrega, y un alto índice de satisfacción de aquellos a quienes sirve con relación al servicio que les proporciona, pues son éstas variables las que le garantizarán realmente la rentabilidad que busca, y el posicionamiento en el mercado en el largo plazo.

Alcanzar un nivel de resultados sobresaliente en el mercado, le obliga cambiar hacia adentro, desde su raíz, incluyendo la cultura de su organización, la cual por cierto casi siempre es totalmente ignorada. ¿Conoce usted realmente el propósito de su empresa? ¿Cómo define la cultura de su organización? ¿Cómo se asegura que ésta se practique a lo largo y ancho de su negocio? ¿Qué hace para comprometer a sus colaboradores a actuar congruente y consistentemente con ella?

Peter Drucker dice: “La cultura se come como desayuno a la estrategia de las organizaciones” y tiene toda la razón, pues es ella, la responsable de asegurar el estándar de ejecución que percibirán sus clientes.  Pero la cultura depende de los líderes que la impulsan y de ahí la necesidad de rodearse de personas que tengan un alto nivel de influencia a partir de vivir su misión, visión y valores y alinear su práctica cotidiana con aquello que requieren sus clientes o le exige el mercado.

Usted y sus líderes deberán ocuparte día con día de alcanzar ¡EL MÁS ALTO VALOR PERCIBIDO EN EL MERCADO! o de lo contrario, su posición competitiva no será en el futuro la que le sostenga, y para ello debe estar consciente de invertir gran parte de su tiempo en asegurar el TRIPLE BALANCE, que tiene que ver con asegurar:

  1. Ser la empresa, mejor manejada: Con sistemas que infundan energía,  generando una toma de decisiones basada en indicadores y métricas de productividad, alta eficiencia y eficacia, alineando su negocio a partir de definir los estándares de ejecución más altos posibles, pero sobre todo, rodearse de personal lo suficientemente disruptivo, que le permitan mantenerse en constante cambio a la velocidad que el mercado exige.
  2. Ser la empresa más productiva: Asegurar la más alta eficiencia y eficacia en todos los procesos internos. Ejecutar, dicho de otra manera magistralmente. Como lo he dicho en otras ocasiones: ¡Una VISIÓN sin MAGISTRAL EJECUCIÓN es tan solo una ILUSIÓN!
  3. Ser la empresa más innovadora: Una empresa que se mantiene en un estado de confort, hoy mismo es una empresa condenada al fracaso. Mientras usted no se decida a cambiar y a mantenerse aprendiendo todo el tiempo, la sobra del tropiezo estará presente sobre sus espaldas.

De ahí la necesidad de alinear sus procesos con el cambio, y de enfocar toda su energía en ASEGURAR la visión de su negocio. Pero alinear no es un proceso que le permitirá estar tranquilo, no, es así. Es la única manera de anticiparte para responder más ágilmente a los cambios del entorno y por ende, mantenerse aprendiendo.

Asegúrese entonces, de asociarse con la gente que le garantice un alto nivel de resultados al interior de su empresa, y aprenda a liderarlos correctamente. Su modelo de actuación tendrá que estar orientado a:

  • Establecer los métricos de desempeño claramente y definir con exactitud la magnitud de la responsabilidad de cada puesto y área en su empresa.
  • Asegure los resultados que correspondan a la visión de su negocio y aseguren el propósito de su empresa.
  • Optimice sus procesos internos y operativos de tal suerte que aseguren la visión de su negocio. ¡Alineación!
  • Invierta en el entrenamiento adecuado del personal, donde se desarrollen actividades post capacitación y aseguren el SEGUIMIENTO, y las nuevas métricas a alcanzar como producto del aprendizaje obtenido.
  • Contar con un sistema de selección confiable, que le asegure la inclusión de talento en su empresa. Recuerde que si usted tiene gente grande y mentes poderosas, se reflejarán en sus resultados.
  • Establecer inversión permanente en la formación de sus líderes, pues son éstos los que permitirán maximizar su potencial y la capacidad creativa de todos los elementos.
  • Fomentar la innovación. Es necesario generar las opciones para los miembros activos de su organización que le permitan desarrollar ideas y creatividad para potenciar la gestión de todo el negocio. Esta práctica es poco utilizada realmente y quienes han probado su uso, seguramente están a la cabeza de la industria, ya que se ponen a tiempo con los requerimientos de los clientes y satisfacen sus necesidades antes que nadie. ¡LA INNOVACIÓN ASEGURA LA DIFERENCIACIÓN!
  • Mantener un esquema de relaciones personales, que genere el verdadero trabajo de equipo y en una relación de socios activos, eso le permitirá de manera confiable asegurar el rendimiento y los resultados esperados en términos de utilidades en cada área de su negocio, además de un vínculo que mantiene de manera consistente el  compromiso con la práctica de una cultura de altos resultados y el aseguramiento de la visión en su empresa.

Y al formular sus planes estratégicos, cuente también con una estrategia de compromiso que tiene que ver con el buen manejo de sus recursos humanos. Su liderazgo es el motor y por lo tanto su desempeño como líder es crucial para alcanzar más y mejores resultados para sus clientes.

Tenga en cuenta lo siguiente:

¡De nada valdrán sus planes, de nada valdrán sus ideas, si usted no se decide a convertirlos en ACCION!

Así que recuerde que su compromiso como líder del  negocio es alto y las condiciones de su desempeño tienen que estar a la altura de su propia cultura. De ahí que actuar con firmeza, congruentemente con su visión es de vital importancia. ¡Es ésta la diferencia, entre aquellos que tienen éxito y los que se quedan observando a quienes lo logran!