Entramos ya al segundo mes del año 2020, y seguramente usted está analizando los resultados del mes anterior, revisar si está dentro de su presupuesto y comienza a calcular la tendencia de su posible comportamiento anual. Matemáticamente usted comienza a hacer sus cálculos y en ocasiones sin pensar que lo que muestran sus estadísticas tiene su origen en la práctica correcta de sus valores y de la manera en como se vive su cultura hacia adentro de su organización.

Quizá debamos retomar el tema de la cultura, saber exactamente lo que significa y su impacto al interior de la empresa. Se ha definido a la cultura como el conjunto de bienes materiales y espirituales de un grupo social transmitido de generación en generación a fin de orientar las prácticas individuales y colectivas. Incluye lengua, procesos, modos de vida, costumbres, tradiciones, hábitos, valores, patrones, herramientas y conocimiento”.

La función de la cultura es garantizar la supervivencia y facilitar la adaptación de los sujetos en el entorno. El término cultura también se emplea, bien para referir los valores y hábitos que rigen a grupos específicos, o bien para referir ámbitos especializados de conocimiento o actividad. Pregúntese ahora entonces, ¿cuales son los valores y hábitos que cotidianamente se practican en su empresa y que sostienen a su organización en el mercado y con sus clientes?

La cultura organizacional de una empresa puede ser fuerte como débil. Las culturas fuertes se caracterizan porque los valores de la organización son firmes y aceptados por todos los integrantes de la misma y su práctica es alta prioridad en la empresa. En cambio, cuando se tiene una cultura débil ocurre todo lo contrario, esto se observa por los siguientes aspectos: el personal posee poca libertad en su trabajo, la gerencia muestra poco interés por su personal, no hay métodos de estimulación hacia el empleado, no existe incentivos por el nivel de productividad del trabajador, entre otros, es decir, se observa un desinterés por los empleados que son los elementos más importantes para llevar a cabo el funcionamiento de la organización y cumplir sus metas planteadas.

La cultura organizacional determina la forma como funciona una empresa y, esta se observa a través de sus estrategias, estructuras y sistema. Una buena organización formada de valores y normas permite a cada uno de los individuos identificarse con ellos y, poseer conductas positivas dentro de la misma obteniendo mayor productividad por parte de todo el equipo, situación que sin duda observarán sus clientes en su relación con la empresa.

Características de la cultura organizacional: 

Cada cultura organización está compuesta de ciertas características que son claves para ser diferente una de las otras que ayudan a demostrar una imagen positiva de la empresa revistiéndola de prestigio y reconocimiento. Entre las cuales tenemos:

  • La responsabilidad e independencia que posee cada individuo: ¿Cada colaborador en su empresa, conoce su responsabilidad y la magnitud de la misma frente a su proyecto o plan de negocio? ¿Conoce aquellos resultados cuantitativos que debe alcanzar para asegurar el crecimiento sostenido de su empresa?
  • El control que existe hacia los empleados: ¿Cuales son los mecanismos de control interno, que le permiten a cada empleado mantenerse en el rendimiento esperado y en un crecimiento sostenido?
  • El grado de identidad e identificación que posee los empleados con la organización: ¿Sus empleados se sienten orgullosos de su empresa? ¿De su filosofía de negocio? ¿De la imagen de esta en el mercado? ¿De sus productos y la calidad de estos? ¿Del servicio que le proporciona a sus clientes?
  • El sistema de incentivo que tiene una empresa con sus empleados que permite que estos trabajen con un mejor rendimiento y optimismo para lograr los objetivos planteados por la empresa: ¿El reconocimiento es una práctica cotidiana en cada área de su negocio? ¿Se reconocen los resultados destacados de manera especial?
  • El ánimo que posee los empleados por innovar y mejorar la prestación de servicios donde laboran y asumir el riesgo de la misma: ¿El clima laboral es una medición considerada de Alta prioridad? ¿Cada cuando mide el nivel de satisfacción de sus colaboradores con relación a diferentes factores que inciden en el desempeño de estos frente a su nivel de responsabilidad?
  • Sistema de solución de conflictos: ¿Cuál es el grado de tolerancia que poseen los integrantes de la empresa para resolver los diferentes problemas que se pueden suscitar? ¿De qué manera se resuelven los conflictos al interior de su negocio?
  • Sistema de comunicación: ¿Domina la comunicación informal en su negocio? ¿Las noticas provienen del pasillo o de manera formal?

Usted como líder, debe cuidar todos estos aspectos para poder garantizar que los resultados produzcan un beneficio colectivo, es decir, para los accionistas, para los colaboradores y para los clientes que actualmente tienen relaciones con su empresa y ello se realiza a través de la buena práctica de los valores en su empresa:

¿Una empresa de valor o una de valores?

¿Cuál es su prioridad? Una empresa con alto valor financiero dependerá únicamente de sus resultados cuantitativos durante un tiempo determinado. Puede que no se sostenga en el tiempo y que desaparezca en cuestión de algunos años. ¿Recuerda a Calzado Canadá, Kodak? por mencionar algunas de las ya extintas. Empresas que financieramente tuvieron su posición de privilegio en su segmento y que ahora son ejemplos de empresas que no cambiaron.

Es la práctica de sus valores y el mantenerse fiel a estos principios lo que a la postre le permite, no solo consolidarse en el mercado sino alcanzar un crecimiento sostenido en el mismo y lo único que le permite trascender. Uno de los grandes problemas en la industria es que su formulación es un trabajo meramente de ornato, es decir, decoran oficinas a diestra y siniestra exponiendo valores que no se practican, no se viven, no se cumplen. Son los líderes y su FALTA de CONGRUENCIA los únicos responsables. Si usted desea realmente convertir a su empresa en una empresa de alto desempeño, aférrese a sus valores y asegúrese de su práctica consistente en el día a día, de lo contrario, su credibilidad hacia afuera y hacia adentro, están completamente en riesgo. Los valores corporativos son la tarjeta de presentación de su empresa, y actúan al mismo tiempo como brújula para definir objetivos y concretar procedimientos, son incluso vistos como el sello de calidad para los clientes. Definirlos correctamente y respetarlos es básico para reforzar la imagen de cualquier marca o toda organización. Le doy a continuación una lista de valores que influyen directamente en los resultados de su negocio y que usted bien podría reflexionar sobre su implantación en su empresa:

Transparencia.

Es uno de los valores que más buscan las empresas y que se observa tanto hacia fuera como hacia dentro. La transparencia implica ser claros en la descripción de los servicios y no esconder información que puede ser relevante para la plantilla o los clientes, según el caso. Las compañías más transparentes inspiran confianza en el mercado porque los clientes saben que no se llevan a llevar sorpresas en la prestación del servicio.

Integridad.

Podría decirse que la integridad es uno de esos valores de una empresa que se deriva del anterior. La entidad gana en credibilidad a medida que facilita a los clientes toda la información que estos reclaman. En este sentido, la organización debe estar dispuesta a anteponer la sinceridad a cualquier otra consideración, aunque ello le perjudique comercialmente. En realidad, la apuesta por la integridad genera mucho más beneficios a largo plazo que cerrar acuerdos a corto plazo sin ser plenamente sinceros con los clientes.

Coherencia como valor empresarial.

La hipocresía es una cualidad muy poco deseable en cualquier persona, no digamos si se trata de toda una empresa. La coherencia implica ser fiel tanto hacia los demás como, sobre todo, hacia uno mismo. No es posible incurrir en contradicciones y todo cuanto proceda de la compañía debe encajar en su filosofía corporativa. Cuando se contrae un compromiso, interno o externo, este debe respetarse.

Aseguramiento del servicio.

Entregar los trabajos fuera de plazo puede provocar múltiples trastornos a los clientes o a otros compañeros. La puntualidad, entendida como la capacidad de cumplir el calendario previsto y no retrasar la culminación de los proyectos, debería regir todas las actuaciones de la compañía y formar parte de los valores de una empresa. Reuniones de equipo, gestión de envíos, tramitación de pagos, retrasarse en el cumplimiento de las obligaciones puede hacer perder tiempo y/o dinero a los demás.

Alto nivel de desempeño y la búsqueda de la excelencia.

La búsqueda continua de la pretensión última de cualquier entidad debería ser no dejar nunca de mejorar. La excelencia es, por definición, un estado inalcanzable en el que todo funciona a la perfección. Es uno de los valores corporativos más sugestivos porque invita a todos los que forman parte de la empresa a superarse día a día y a no caer en la autocomplacencia.

Flexibilidad operativa.

Demasiado a menudo, el respeto a unos determinados valores empresariales, suele confundirse con la intransigencia e incapacidad para adaptarse ágilmente a nuevos escenarios. Las organizaciones no deben permitirse vivir de espaldas a los cambios que suceden a su alrededor y por ello, uno de los valores más relevantes de nuestro tiempo es la flexibilidad operativa.

Este principio está íntimamente ligado con el aprendizaje y, más concretamente, con el concepto de formación continua. Este modelo, no permite estancarse, sino por el contrario, el aprendizaje continuo es la base de la toma ágil de las decisiones frente a los cambios del entorno, de tal suerte que usted alinea su organización permanentemente y se anticipa antes que sus competidores a los cambios del entorno.

Ejecución magistral.

La capacidad para ponerse manos a la obra sin dejar pasar el tiempo y sin sentir pereza (o sobrellevarla) es una de las cualidades más valoradas por los líderes de las organizaciones de Alto Desempeño.  Este espíritu debe alcanzar a todos los estamentos de la organización, propiciando que cada empleado y cada directivo afronten sus responsabilidades sin excusas ni vacilaciones. A usted le toca inspirar a los demás a exponer lo mejor de sí mismos, hasta alcanzar una ejecución realmente diferenciadora en el mercado frente a sus clientes y competidores.

Resiliencia.

No desanimarse frente a la adversidad, levantarse, aprender de cada metida de pata, perseverar en la consecución de los objetivos y estar siempre al pie del cañón son cualidades que pueden resumirse en una sola palabra:Resiliencia. Es evidente que a lo largo de cualquier proyecto empresarial surgirán obstáculos que no serán de fácil resolución. La constancia es una apuesta a largo plazo en la que convergen el esfuerzo y la esperanza.

Justicia, un imprescindible en los valores de una empresa

Quizá sorprenda encontrarse entre estos valores empresariales con uno que parece extraído del Código Civil. Lo cierto es que cuando las entidades no atajan de raíz las injusticias que surgen en su seno el malestar no tardará en cundir entre los empleados. La plantilla acepta que los responsables sean muy exigentes pero nunca que sean injustos. Todas las decisiones deben estar razonadas y han de buscar el bien común, sin favoritismos ni actitudes caprichosas.

Cercanía

Por último, ¿qué menos que mostrarse cercanos a los clientes? Las grandes marcas basan buena parte de su éxito en su proximidad a los consumidores, haciéndoles partícipes de su filosofía corporativa y demostrándoles que ellos son su razón de ser. Una compañía cercana al público crea lazos de familiaridad que resultan difíciles de romper por parte de los nuevos competidores.

Generación de valor.

Es una condición de empleo. Usted debe funcionar ASEGURANDO resultados para aquellos a quienes sirve (clientes), de lo contrario su empresa, no está en el camino ni cerca siquiera de tener éxito permanente. La única condición que le permite que esto suceda es mantenerse cambiando constantemente y en su cultura organizacional, hacerlo de manera permanente es lo que al final de cuentas le garantiza sus resultados.

Una organización vale tanto como la práctica de sus valores es evidente al interior de su empresa. Cualquiera puede tener éxito o dificultades económicas, pero la garantía de éxito en el largo plazo, así como de su crecimiento permanente provienen de un modelo mental de quienes dirigen las empresas, porque es esto lo que les genera la cultura necesaria para alcanzar esos lugares de privilegio en el mercado.

Es entonces donde su posición como líder y su gestión directiva cobra relevancia, así que no deje de lado su entrenamiento en este sentido así como el de sus colaboradores. Impregne una cultura de liderazgo en toda la organización y haga que el servicio magistral realmente se convierta en una ejecución sobresaliente y en la condición más importante para mantener el cargo.

Espero que las acciones que realice este febrero realmente le permitan asegurar su propuesta 2020. ¡No hay tiempo que perder!

Libro Fuera de lo Común