En momentos como el que hoy vivimos, la mayor carencia de nuestra sociedad, es sin duda la falta de credibilidad. ¡No tengo la menor duda!. Hemos perdido tanto éste valor, que casi en la totalidad de las personas, hemos dejado de creer, hasta en nosotros mismos. ¿Qué pasa?.. ¿No es un asunto que compete a cada persona? ¿No es algo que tenemos que resolver de manera individual?.

¿De qué se trata? veamos la definición:

Credibilidad es un concepto que las personas utilizan para decidir si creen o no, ya que es una de las informaciones de la que no son testigos directos. En su aplicación intervienen componentes objetivos y subjetivos ya que se conceden a las fuentes, canales o plataformas de difusión de información

La credibilidad se compone de dos dimensiones principales: confianza y grado de conocimiento, donde ambas poseen componentes objetivos y subjetivos. Es decir, la capacidad de generar confianza es un juicio de valor que emite el receptor basado en factores subjetivos como las afinidades éticas, ideológicas o estéticas. El grado de conocimiento puede ser percibido en forma subjetiva aunque también incluye características objetivas relativas a indicadores indirectos sobre los conocimientos expertos de la fuente (por ejemplo acreditaciones académicas o profesionales, prestigio, trayectoria o comportamiento).

La credibilidad va de la mano de la verdad, de manera que una persona o fuente poseerá un mayor grado de credibilidad si no se ha visto involucrada en episodios en que se haya puesto en evidencia o se sospeche que ha mentido. A medida que se producen sospechas sobre su honestidad, la credibilidad disminuye paulatinamente. Además de las dudas sobre la honestidad, la credibilidad también se puede perder por una acumulación de errores en la difusión de información o de incongruencias en la difusión de opiniones o interpretaciones.

Dada la definición anterior, y buscando relacionarla con mi concepto de liderazgo (ALCANZAR UN ALTO NIVEL DE INFLUENCIA A PARTIR DE HACER LO CORRECTO SIEMPRE), es tan importante ganar a través de nuestra actuación (Control emocional, Administración de nuestros pensamientos, utilización de un lenguaje adecuado y realizar acciones congruentes a lo largo de nuestra vida), que si lo que buscamos es ganar terreno frente a nuestras relaciones en nuestro entorno, la CONGRUENCIA es algo que debemos cuidar ¡Todo el tiempo!.

Ganar terreno en liderazgo es tan simple y por ello mismo tan difícil, que siempre estamos “en un hilo”, si no controlamos el proceso EMOCIONES-PENSAMIENTOS-PALABRAS-ACCIONES. Y esto es algo con lo que nos enfrentamos cada día independientemente del terreno en el que nos encontremos, es decir, en lo personal, en lo profesional, en nuestro ámbito laboral, frente a nuestros jefes, pares y colaboradores.. ¡Todo el tiempo!.

Sin duda, somos lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos, y la resultante es ganar o perder credibilidad en cada instante de nuestra vida. Como líderes, debemos vigilar que transitemos correctamente en la vida, o de lo contrario, no podremos ganar, ningún atributo frente a las personas que rodean nuestro entorno y mucho menos, cuando estamos en una sociedad que todo lo juzga, para bien o para mal.

Usted como directivo de una empresa, o como miembro del equipo gerencial del primer nivel de la organización ¿Considera que en el terreno de la credibilidad la evaluación que le hacen quienes le rodean es la más adecuada?. ¿Se ha preguntado lo anterior?
¿Cómo considera estar en términos de credibilidad frente a las siguientes personas?:

  1. Sus clientes.
  2. Sus proveedores.
  3. Sus superiores.
  4. Sus pares o colegas.
  5. Sus colaboradores.
  6. Frente a su pareja.
  7. Frente a sus hijos.
  8. Vecinos.
  9. Sociedad.
  10. Con usted mismo.

¿Cuál sería su evaluación en términos de credibilidad? ¿Aprobaría o reprobaría?

Si se precia de realizar un ejercicio correcto como líder, las evaluaciones deberían indicar que su credibilidad es muy alta, pero en todo caso, estaría dispuesto a realizar un ejercicio de evaluación a 360º frente a los diversos factores de medición que le sean asequibles?

Cuando entreno líderes, la mayoría de las respuestas es que todo el mundo está dispuesto a evaluarse, pero por experiencia le digo, en el 100% de los casos, (al menos de aquellos que hemos evaluado), hemos encontrado que hay mucho temor por el resultado de la evaluación y frente a la calificación, llueven un sinnúmero de excusas, buscando el pretexto perfecto para argumentar que lo que se hizo fue porque existió una razón de peso que los obligó a actuar de cierta manera.

¿Porqué los directivos pierden credibilidad?.. He aquí algunas razones que hemos encontrado en nuestras intervenciones en la industria:

  1. Ego: Se atribuye a las personas que ostentan un puesto y piensan que por tener el nombramiento pueden hacer lo que les venga en gana. En liderazgo, no es así, pues usted gana liderazgo por disposición a servir a quienes le rodean y no por su posición o nombramiento.
  2. La falta de humildad: Tener un cargo, no le da la facultad de ver a los demás como personas inferiores. En liderazgo, para que usted pueda realmente mandar a los demás, antes tiene que ser un buen servidor. ¡Es la regla!.
  3. Falta de congruencia: Un gran importante número de directivos o ejecutivos de esos que se hacen llamar “de primer nivel”, pierden credibilidad, porque no practican nada de lo que han acordado en su misión, visión y valores, por el contrario, consideran que son de aquella clase que tiene privilegios para dejar faltar a lo pactado, dejando el cumplimiento de las normas y reglas de actuación a quienes no tienen un cargo importante en el equipo gerencial. ¡Nada más falso que esto!.
  4. Falta de compromiso: Cuando la misión, visión y valores de la empresa, se convierten en cosa de reuniones o filosofía barata, cuando lo que cuenta son los resultados a costa de lo que sea. Este nivel de pensamiento sucede en Directivos, Gerentes o Ejecutivos de pensamiento mediocre. Los valores, los objetivos, el comportamiento directivo y su liderazgo, no son cosa de juego, son quizá la única ventaja competitiva sostenible en el futuro para su empresa.
  5. La posición: La posición que usted tiene no le califica para descalificar a los demás, sino le debe comprometer a servir a quienes le rodean en un nivel extraordinario. El liderazgo no es un asunto de POSICIÓN, sino de DISPOSICIÓN a servir en el nivel más alto posible a aquellos a quienes dirige.
  6. Cuando se tiene el hábito de mentir: Dejar de cumplir sus compromisos lo pone en una situación difícil, cuando de ganar credibilidad se trata. Desafortunadamente éste hábito es común en los seres humanos y en quienes dirigen no es la excepción. Requiere recuperar el valor de enfrentar sus compromisos y hablar siempre con la verdad a pesar de que ésta pueda doler o no a su contraparte. Somos tan malos para decir la verdad que hemos pensado que un halago daña y una reprimenda hace entender, así que nos mantenemos mejor mostrando una “cara dura” y como resultado ganamos ¡Temor!, y pensamos que es el mejor camino para ganar respeto. ¡Nada más falso que esto!.. Se gana respeto a través de la verdad y de las acciones congruentes con ella.
  7. Atribuirse solo los éxitos y culpar a otros de los fracasos: Cuando las personas que generan ideas, innovan y dan resultados, esperan ser reconocidos por su líder, y no ser víctimas de un robo de ideas. Tener el hábito de cobijarse bajo la sobra de otros cuando éstos tienen aciertos y culparlos cuando se fracasa, es un atentado a la moral y a la credibilidad de quien pretende liderar a un equipo. Hacerlo le garantiza perder la credibilidad y el respeto de quienes le rodean. Se le verá hipócrita, indecente y jamás adquirirá la confianza de sus seguidores.. ¡Garantizado!
  8. Falta de voluntad: Creo que aquí es donde comienza todo. Cuando no se tiene la voluntad de cambiar a pesar de que le marcan sus errores, se acostumbra a utilizar su portafolio de excusas y cuando éstas se le agotan, es prácticamente imposible dar marcha atrás y evitar una caída.
  9. Evitar el crecimiento de los demás: Intentar frenar el crecimiento de los demás, justificándolo en un bajo nivel de desarrollo, es un bumerang para quienes dirigen. El crecimiento de su gente, es responsabilidad de quien dirige y de ninguna manera puede justificarse exclusivamente a los demás por su bajo nivel de desempeño. ¡Hágase cargo de los buenos resultados de los demás, invirtiendo todo el tiempo en su crecimiento!.

Uno es lo que dicen sus acciones, pues éstas provienen de sus emociones y pensamientos y cuando las acciones están manchadas de mentira, ventaja, señalamientos e hipocresía, se le ha acabado toda posibilidad de ayuda prácticamente. Tendrá que vivir con ello y buscar comenzar un nuevo intento en otro lugar (llámese empresa, o ubicación geográfica) si es que se ha aprendido la lección.

Usted como dirigente, siempre estará a prueba y el factor de credibilidad es algo que debe tener siempre de su lado. La credibilidad es quizá la única ventaja competitiva sostenible para quienes dirigen una familia, un negocio por su cuenta o una empresa. Es lo que lo sostiene en el tiempo y hace que los demás le tengan confianza en los buenos y malos momentos. Cuando los demás creen en usted, no le  abandonan, mientras que de perderla, fácilmente le abandonarán cuando más les necesite. No importa pues una gran capacidad técnica si no tiene quien le crea, porque finalmente sus resultados tienen que ver con el valor que le agregan a usted quienes le rodean.

Y sin pretender causar polémica más allá de lo necesario, hay quienes hay perdido tanta credibilidad en la vida que prácticamente han dejado de confiar en sí mismos, llegando a paralizarse totalmente para avanzar en la vida. Personas llenas de temores, miedos, y autoconfianza son el pan de cada día en las organizaciones y en la vida misma. Personas que requieren de retomar su liderazgo personal y ganar influencia en sí mismos para poder ganarla hacia afuera. Es por ello, que el aprendizaje debe llegar a todos los niveles de la empresa y no solamente a las áreas productivas, pensando en la mejora de las habilidades o competencias técnicas de la operación.

Se requieren dirigentes que estén dispuestos a desafiarse y a enfrentar sus paradigmas para ganar en éste proceso de cambio. ¿Cómo ganar entonces credibilidad?

  1. Sea congruente: Es quizá la más alta exigencia para quienes dirigen. Cumplir a cabalidad lo que dice, genera confianza, da rumbo, y le mantiene consistente en el camino al éxito. Respete acuerdos, practique los valores del negocio, mídalos y establezca un esquema de consecuencias que le garantice que todo el mundo se mantenga en alta observancia y práctica de todos ellos. Respete su imagen
  2. Manténgase cerca: La cercanía con las personas, es un gran método para conocerlos de cerca en términos de sus sueños, necesidades y áreas de fortaleza como de oportunidad. La cercanía genera confianza y un espíritu de cohesión importante así como un blindaje especial para proteger proyectos, información confidencial y planes de crecimiento.
  3. Comunique correctamente: Comunicar con las palabras, con verdad y en los hechos, es quizá la fuente más importante de la generación de confianza y un detonante importante del potencial de quienes le rodean. Recuerde que una palabra es tan potente que pueden encender una guerra o pararla en seco. Puede ser el detonador del éxito o el generador del fracaso en la persona. Las palabras se quedan siempre grabadas en el corazón de quien las escucha así que usted como líder, debe convertirse en un maestro de la comunicación cuando trate de inspirar a los demás a seguirle. Aprenda a elegir cada palabra, tómese su tiempo, pero jamás hable cuando éstas estén cargadas de emociones que van en contra de sus propósitos.
  4. Controle sus emociones: Nada tan difícil como separarse de las emociones para tomar decisiones correctas. Aprenda a mapear cada situación y no se deje llevar por lo que solamente el corazón de dicte. Déle  un peso específico al proceso de razonamiento, tómese su tiempo, reflexione sobre todas las variables que estén implicadas en cada decisión que tome.
  5. Enfrente, no evada: A los problemas, para vencerlos, debe verlos a la cara. No se impregne de una carga emocional cuando los vea de frente, deje y déjese de juzgar, no interponga pretextos ni excusas de ningún tipo. Simplemente véalos y concéntrese en el mejor proceso para solucionarlos. Si requiere de ayuda, tenga la humildad de pedirla. Usted no sabe todo, a pesar de que sea quien dirige la empresa. Deje de imponer su voluntad “porque usted es el jefe”, o porque es el “dueño del negocio”. Sea consciente que también falla y debe aprender también de las caídas.
  6. Hable de frente y con la verdad: Jamás mienta a quienes dirige, pues les enseñará a mentir. ¡La verdad aunque duela!, esa es y debe ser siempre la premisa. Va a despedir a alguien, pues hágale saber las razones de la decisión. Eso le permitirá mejorar de cara al futuro a la persona que está quitando del equipo. No le invente nada, no ponga pretextos o argumentos que le hacen ver mentiroso. Muestre las evaluaciones de desempeño, muestre las oportunidades no aprovechadas, pero no le diga jamás un pretexto inventado para facilitar su salida. Si tiene un reto difícil, hágaselo saber de esa manera, si tiene un asunto insalvable, pues tal cual coméntelo. Tener un jefe que no miente, es la garantía de una evaluación correcta del desempeño individual y colectivo en una organización.
  7. Reconozca a los demás: Creo que uno es lo que da sinceramente. Ante la presencia de un logro individual o colectivo, agradezca y reconozca de la mejor manera  posible. No se quede con nada. Ahorros mal infundados terminan siendo un dolor de cabeza. El desempeño, cuando es bien evaluado, genera crecimiento y vocación por seguir adelante. Solicitar un alto nivel de desempeño y permanecer callado frente a él, es como si detonara una bomba estando sentado en ella, es decir, no podrá tener la confianza de sus seguidores en el futuro, ni les podrá exigir ir más allá de lo pactado. Tendrá que decirle adiós al espíritu de las grandes aportaciones.
  8. Cumpla lo prometido: Lo que prometa lo cumple o pierde credibilidad, confianza y cancela la posibilidad de solicitar un mayor grado de esfuerzo y compromiso con quienes dirige. Para bien o para mal, cumpla las reglas, pero antes, asegúrese de que todos las entiendan. De ahí que transferir la visión, los valores y el código de ética es imprescindible. Dedique tiempo y esfuerzo para hacer de ésta acción una práctica permanente.
  9. Manténgase aprendiendo: Jamás podrá obtener lo mejor de los demás si no se mantiene un compromiso de aprendizaje continuo en su empresa o en la vida misma. Comience con usted, ponga el ejemplo, aprenda de los demás, siga preparándose de cara al futuro. No deje de invertir en su propio crecimiento y en el de los demás. Este es el camino al éxito.
  10. Sirva al más alto nivel: Cuando se trate de apoyar, servir, ayudar, etc., hágalo como nadie, asegúrese de esto. Convierta la experiencia del servicio en una experiencia inolvidable para quien lo recibe, sea quien sea. Clientes, proveedores, personas que le rodean en el trabajo o en su familia deben ser sus testimonios. Hágalo magistralmente y con gusto. Practicar el servicio de esta manera,  no solo le dará amigos fieles para el futuro, lo posicionará como una persona única frente a los demás

Se requiere de un ejercicio de liderazgo superior para alcanzar un alto nivel de credibilidad. Se gana con mucho trabajo y puede perderse de la forma más absurda que se pueda imaginar, y es por ello qué debemos estar pendientes en todo momento de nuestro control personal y nuestro crecimiento profesional. Adquiera habilidad para controlar sus emociones, medite, reflexione, dése espacio para pensar antes que tomar una decisión precipitada. Comunique adecuadamente pero sobre todo sea un ejemplo de actuación y manténgase consistente en ser congruente todo el tiempo. ¡Inténtelo todo el tiempo! y la práctica le hará llegar lejos.

Conviértase en un verdadero líder frente a los suyos, sean colaboradores en el trabajo o miembros de su familia, no tenga miedo de fallar. En caso de caer aprenda y vuelva a intentarlo, pero no abandone el proceso de aprendizaje. Si es necesaria la ayuda, solicítela. Nosotros podremos apoyarle en éste proceso de crecimiento.

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